Mochilas en el suelo (18) E

La salida del colegio no era del todo , podría decirse que era una operación de  extremo, una trampa inesperada o anunciada horas antes.
Dentro podía sentirse , al menos en teoría, a pesar de los que siempre surgían pero … estaba en manos de la fortuna y esta solía serle desfavorable.
Procuraba ir acompañado lo que no le aseguraba protección, tampoco que se formase el alrededor y surgiesen las voces anunciantes: “pelea, pelea”. Le quitaban de la espalda su … que iba a parar en el suelo y recibía un … en dirección a su oponente.
Las primeras veces intentó , ahora sabía que debía defenderse pues nadie lo haría por él. En las primeras nadie apostaba por su persona, a partir de la tercera dejó de ser el pardillo, a partir de la quinta hubo quien lo … peligroso y quien pensó que estaba loco.
Y todo porque, según su propia madre, era un bocazas y no iba a  nunca.
Cuando dejaron de molestarle él tomó la y retó a los primeros matones en un claro intento de …. Siempre tenía un cómplice que cumplía el objetivo de hacerse con la mochila del rival. En ella siempre encontraba algo que hacía más  que los puñetazos.
Un día, coincidiendo con su en la jefatura de estudios, tomó la decisión de retirarse. No fue bien interpretada e … que le costó entrar en el juego le costaría … de él airoso.
Palabras para completar el texto:
consideró – corro – daño – dialogar – empujón – escarmentar – fuera – igual – iniciativa – mochila – peleas – presencia – protegido – riesgo – roces – salir – segura – venganza. 
Texto completo:
La salida del colegio no era del todo segura, podría decirse que era una operación de riesgo extremo, una trampa inesperada o anunciada horas antes.
Dentro podía sentirse protegido, al menos en teoría, a pesar de los roces que siempre surgían pero fuera estaba en manos de la fortuna y esta solía serle desfavorable.
Procuraba ir acompañado lo que no le aseguraba protección, tampoco que se formase el corro alrededor y surgiesen las voces anunciantes: “pelea, pelea”. Le quitaban de la espalda su mochila que iba a parar en el suelo y recibía un empujón en dirección a su oponente.
Las primeras veces intentó dialogar, ahora sabía que debía defenderse pues nadie lo haría por él. En las primeras peleas nadie apostaba por su persona, a partir de la tercera dejó de ser el pardillo, a partir de la quinta hubo quien lo consideró peligroso y quien pensó que estaba loco.
Y todo porque, según su propia madre, era un bocazas y no iba a escarmentar nunca.
Cuando dejaron de molestarle él tomó la iniciativa y retó a los primeros matones en un claro intento de venganza. Siempre tenía un cómplice que cumplía el objetivo de hacerse con la mochila del rival. En ella siempre encontraba algo que hacía más daño que los puñetazos.
Un día, coincidiendo con su presencia en la jefatura de estudios, tomó la decisión de retirarse. No fue bien interpretada e igual que le costó entrar en el juego le costaría salir de él airoso.

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