Domingo es un mal día para ir de bares y tapear en Almería.
Ya no se puede decir “conozco un bar que tiene unas tapas excelentes, seguidme” porque te puede ocurrir que lo encuentres cerrado.
Desde hace años, un porcentaje muy alto de bares aprovecha el domingo para descansar, convirtiendo el que era el día más fuerte para la hostelería en el día de “a ver si está abierto” o “¡vaya hombre!”.
Como consecuencia la gente se encuentra con que le dan con la puerta en las narices varias veces hasta encontrar uno abierto, donde deberá esperar a que una mesa quede libre o encontrar un hueco en la barra.
En el 7 de la plaza Marqués de Heredia, la llamada popularmente “plaza de los burros”, encontramos La Cava y, en su terraza con sombrillas, una mesa libre. Allí disfrutamos de una experiencia con luces y sombras. Lo mejor el número de camareros que daban un servicio rápido dependiendo de la cocina.
En la carta había tapas con sobreprecio, demasiado alto en algunos casos. De cualquier manera, la oferta de tapas sin recargo es suficiente, incluso atractiva por el toque moderno de las “florituras”: crujiente de pollo “con salsa de miel y mostaza”, hamburguesa con queso, “lomito” de cerdo con queso o alioli, empanadilla de pollo “al vapor con soja y sésamo” o de morcilla “con miel de flores”, huevo “con aceite de trufa”, patatas bravas, aguja a la plancha “con salsa gaditana», jibia frita, bacalao a la plancha “con crema de guisantes”, atún a la plancha “con reducción de soja y cítricos”, wok de verduritas y “bratwurst” (o sea, salchichas).
Tomamos por recomendación el, reservado para sábados y domingos, arroz con carne y patas de pulpo, muy sabroso aunque algo pasado.
La empanadilla de morcilla con miel de flores, buenísima, tanto que supo a poco.
El atún a la plancha estaba y frío y crudo.
Los calamaritos en aceite con arroz negro entraban por la vista pero en boca decepcionaban por estar resecos.
Calamaritos en aceite con arroz negro
Wok de verduritas, verduras cocidas con fideos chinos, fueron lo que prometían.
Lo dicho: rapidez, amabilidad y tapas aceptables bien presentadas. Los precios en torno a 2,50 €. Hay que repetir visita y seguir probando.
Y de allí a un clásico: El Bahía de Palma, en calle Mariana,17. Ahora con más personal que realiza un buen trabajo y teniendo como fondo buena música.
En la cocina se elaboran las tapas de siempre y que siempre buscamos: lomo adobado a la plancha en un bollito blando, bacalao frito, “marraná” de pulpo, anchoas, ensaladilla… y el pescado frito: comimos una “bacalá” abierta y sin raspa, acompañada de unas finas lonchas de berenjenas sin rastro de aceite que con tanto “sin” nos supieron a mucho.
¿Por qué será que del Bahía de Palma siempre nos vamos satisfechos? Incluso en domingo.