El único vicio I (17) E

Era un borrachín , se pasaba el día en el bar, incluso comía en él un menú del día de un solo plato, él mismo decía que su no le admitía tanto alimento y se olvidaba añadir que no le pasaba lo mismo con el …, de este fruto de la vid podía ingerir grandes cantidades.
Las noches las pasaba en , procuraba que fuesen pocas horas y por eso era el último en abandonar el  y el primero en llegar, incluso antes de que terminaran de fregar el suelo.
Supuestamente lo hacía para desayunar pero en realidad una comida al día era y ayunar estaba bien visto por los defensores de la ….
De buena mañana practicaba el único que se permitía y para que nadie pudiese decir que la vid lo había atrapado entre sus ramas y … pedía un carajillo o un coñac, una palomilla también le valía aunque un … nada desdeñable era mezclar el coñac con el anís.
Sea cual fuese la elección, que dependía en parte de lo que tomase el compañero de barra, tomaba una y marchaba a hacer ejercicio mientras el resto marchaba a sus … que trabajaban de sol a sol.
Lo de hacer ejercicio no era broma, puesto que no tenía tierras de las que ocuparse se había acostumbrado a marchar por el del rio, por lo general seco, y pararse a … con los que encontraba en sus orillas, dos o tres …, que a ellos no les gustaba perder el ni a él hacérselo perder . Terminaba el ejercicio buscando un lugar con … y a la sombra donde dormía hasta las doce.
Palabras para completar el texto:
bar – casa – conversar – copa – empedernido – estómago – frases – lecho – pámpanos – recurso – suficiente – tiempo – tierras – vegetación – vicio – vino – virtud. 
Texto completo:
Era un borrachín empedernido, se pasaba el día en el bar, incluso comía en él un menú del día de un solo plato, él mismo decía que su estómago no le admitía tanto alimento y se olvidaba añadir que no le pasaba lo mismo con el vino, de este fruto de la vid podía ingerir grandes cantidades.
Las noches las pasaba en casa, procuraba que fuesen pocas horas y por eso era el último en abandonar el bar y el primero en llegar, incluso antes de que terminaran de fregar el suelo.
Supuestamente lo hacía para desayunar pero en realidad una comida al día era suficiente y ayunar estaba bien visto por los defensores de la virtud.
De buena mañana practicaba el único vicio que se permitía y para que nadie pudiese decir que la vid lo había atrapado entre sus ramas y pámpanos pedía un carajillo o un coñac, una palomilla también le valía aunque un recurso nada desdeñable era mezclar el coñac con el anís.
Sea cual fuese la elección, que dependía en parte de lo que tomase el compañero de barra, tomaba una copa y marchaba a hacer ejercicio mientras el resto marchaba a sus tierras que trabajaban de sol a sol.
Lo de hacer ejercicio no era broma, puesto que no tenía tierras de las que ocuparse se había acostumbrado a marchar por el lecho del rio, por lo general seco, y pararse a conversar con los que encontraba en sus orillas, dos o tres frases, que a ellos no les gustaba perder el tiempo ni a él hacérselo perder . Terminaba el ejercicio buscando un lugar con vegetación y a la sombra donde dormía hasta las doce.

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