Taberna Nuestra Tierra

Taberna Nuestra Tierra

TABERNA NUESTRA TIERRA: SABORES AUTÉNTICOS

NUESTRA TIERRA LO LOGRA

Lo logra. Logra incorporar a su carta los ingredientes típicos de Almería, nuestra tierra, y las poblaciones donde se producen o se comen habitualmente, platos heredados que siguen vigentes: los embutidos de Serón, el picadillo del Valle del río Nacimiento, la fritailla de Suflí, la jibia de Cabo de Gata, el pulpo seco de Adra, el plato alpujarreño, el aceite de Canjáyar, el tomate Raf…

Bacalao Frito

Pero van más allá: innovan, crean nuevas tapas, con nuestros ingredientes pero con un toque fresco. Y las exponen orgullosos y confiados consiguiendo premios a  una labor que busca lo inédito sin engañar a nadie. Obtienen el primer premio otorgado por el público a la mejor tapa tradicional en el concurso «IX Ruta de Tapas por Almería 2016», tras lograrlo en el 2015 y alcanzar otros premios en la séptima y la sexta edición.

Algo tiene el agua cuando la bendicen. Había que comprobarlo por uno mismo y el sábado allí nos plantamos, en el 16 de la calle Jovellanos, repleta de bares de tapeo. Elegimos mesa fuera, a decir verdad era la única libre. Como se dice por nuestra tierra, «estaba a tope». A pesar de ello nos atendieron bien.

Con una pega y una sugerencia que puedo hacer extensiva a la generalidad de bares, con alguna excepción: la cerveza sin alcohol, en botellín, estaba caliente; ¿por qué no servirla como caña, sacada del barril, bien fría?

Sigo. Buscábamos la tapa ganadora de este año pero aún no figuraba en la carta. Así que nos decantamos por lo más sencillo, seguro y tradicional: el cartucho de pescado siempre es un acierto, siempre que sea fresco y esté bien frito; siento decirlo pero estaba refrito; las patatas bravas cumplieron con la expectativa añadiendo a la salsa brava el sabor del alioli; el bacalao frito estaba bueno, ni más ni menos; la hamburguesa me recordó a la de mi casa, con menos especias pero ¡bueniiiisima!; el alpujarreño bien dispuesto, las patatas a lo pobre abajo y arriba el huevo, la morcilla y el chorizo, un mito concentrado y riquísimo.

Mención aparte merece el huevo con jamón y cebolleta frita envueltos en un pan tierno y calentito. ¿Cómo es posible hacer de un plato cotidiano y humilde una obra de arte? Ellos lo logran.

La presentación, en todas ellas, era acertada y con el deseo de agradar a la vista. Muy conseguida.

Nos dejamos para otra ocasión una larga lista de tapas, como los chéricas, el picadillo, los boladillos y más. ¡Hasta otra!

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