El mítico Mini Bar

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EL MINI BAR, MÍTICO DONDE LOS HAYA Y DE LOS FIJOS EN LA CIUDAD DE ALMERÍA PARA HABITANTES Y VISITANTES DE TODA LA PROVINCIA.

Cuando alguien me pregunta por el Mini Bar estoy tentado de indicarle que se deje guiar por su olfato. El olor que deja salir a la calle Rueda López es su primera seña de identidad, un reclamo que siempre funciona. La segunda se contiene en el nombre. Su dueño miró alrededor, lo vio pequeño y, antes de que Mini se pusiera de moda, lo llamó así, sin duda pensando que no iba a trasladarse y que el aforo sería suficiente.

Con estas señas, ¿a qué otro bar les recuerda? Para mí que tienen las mismas características. Una plancha como única cocinael olor con el que atraen y el tamaño exiguo, claro que con la única diferencia de la procedencia del aroma, uno de la jibia y otro del adobo. Naturalmente me refiero a Los Claveles, ya desaparecido.

Así eran los bares de entonces, una plancha a la vista donde se elaboraban todas las tapas y una barra. Así es el Mini Bar, con una filosofía que funcionaba  en los años 60, 70… y que sigue funcionando en los que aún confían en ella.

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Se dice que para no encontrarte con mucha gente es preciso ir temprano o casi al cierre. Sin embargo debemos pensar todos igual porque yo no lo consigo. De todas formas entras y siempre hay un lugar para «acomodarte». Inmediatamente el camarero te interroga, le dices la bebida y le grita la tapa al de la plancha; piensas que si bien no dispones de amplio espacio sí de atención rápida.

EL DE LA PLANCHA ES EL MISMO DE SIEMPRE Y EL DE LA BARRA, EL HIJO.

Todo sigue igual o, al menos, así me lo parece. Siempre que vengo pido varias tapas y sólo una repito: el adobo. Me consta que algunos olvidan la lista y repiten siempre la misma: el adobo. Porque tiene algo que atrae o, más bien, atrapa; esta vez no me atrevo a describirlo ni a utilizar adjetivos, prueben y vuelvan, comprobarán que su olor y sabor no habrán cambiado ni un ápice. El camarero nos asegura que, aunque nos diera la receta, no nos saldría igual; lo creo. Es el Mini Bar de los pocos bares en los que la cerveza sin alcohol no es discriminada. La sirven de barril, bien fresquita como debe servirse una cerveza. Quizás sea por evitarse el estorbo de las botellas. Por cierto, puede que por la misma razón haya sido excluida la freidora.

¿Y qué más se echa a la plancha? Pues sobre todo pescadoboquerones, jibia, gambas, gambones, pincho de gambas, calamares, chopitos, gallo pedro, aguja, almejas… Y de carne lomo, con o sin adobo, pincho, hamburguesa…

Salvo por unos frigoríficos que piden el relevo y una necesaria limpieza más a fondo en el entorno de la plancha, el caso es que el invento funciona desde 1972 y los cimientos en los que se sustenta siguen fuertes y firmes, sujetándolo para que ofrezca su atractivo con humildad y sin engaño porque todo está a la vista. Por eso es importante la imagen y remozarla de vez en cuando es imprescindible.

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