Mal llamados mascotas, mejor animales de compañía, los perros son los animales que satisfacen a las personas sin decepcionar a ninguna. Tienen tal capacidad de adaptación que llega a decirse que los perros se parecen a sus amos, hasta el punto de volverse violentos si así se lo requieren.
A lo largo de su historia junto al hombre, éste ha hecho del perro su ayuda en diversas faenas o actividades de ocio o negocio. Por su olfato tan desarrollado, se le ha utilizado como perro de caza, mayor o menor, para señalar con su pata levantada la presencia de la pieza o arriesgar su vida acometiendo a otros animales superiores a ellos en peso y fiereza. Actualmente la policía los emplea en la localización de droga, tras un entrenamiento que no daría resultado si no fuera por la inteligencia de estos animales.
Se le ha utilizado para dirigir al ganado, para tirar de trineos, para enfrentarlos en peleas o carreras tras un señuelo con apuestas y como alimento apreciado en algunos países como Tahití o Francia en su momento, hasta ser considerados animales de compañía.
Las razas se han ido perfeccionando para lograr hacerlas efectivas para determinadas tareas; por poner un ejemplo, el «ratonero bodeguero andaluz» para acabar con los ratones que se escondían entre las barricas de las grandes bodegas de Jerez.
«Cuidado con el perro», advierten algunos carteles colgados en las entradas de las casas. Son los perros de guarda, para disuadir de la entrada de los amigos de lo ajeno y de visitas indeseadas. Los medios modernos de alarma ruidosa con cámara de vídeo y en contacto con la policía los van sustituyendo.
Los perros callejeros son los abandonados por sus dueños a los que ya no les cabe en el piso o ya no son tan graciosos como cuando eran cachorros. El municipio está obligado a retirarlos de las calles y encerrarlos en las perreras. Muchas de ellas están gestionadas por asociaciones con tan escaso presupuesto que siguen el protocolo que acaba en el sacrificio si nadie decide acogerlos en su hogar
Así se convierten en perros adoptados que deben adaptarse, ahora, a un nuevo ambiente con nuevas normas. Tuvieron suerte y sus nuevos dueños serán pacientes hasta lograr su cariño. Tan concienciados que llegan a adoptar a varios para que convivan y compartan el mismo espacio, tan escaso a veces.
En torno al perro se han creado multitud de empresas y negocios para atender las necesidades que el perro plantea a su amo, responsabilizado de su cuidado, salud y alimentación. Los veterinarios, sobre todo los afincados en las ciudades, obtienen sus beneficios, principalmente, de ocuparse de la salud de los perros. A las peluquerías caninas no les falta clientela; lavar, pelar,perfumar… Las guarderías sustituyen a los dueños durante sus viajes o periodos vacacionales. Los adiestradores los educan cuando sus dueños no lo consiguen o los hacen especialmente hábiles en alguna tarea. Las fábricas de piensos tienen un capítulo especial en alimentos para perros. Se diseñan juguetes pensados para ellos…
La tristeza del perro en ausencia del amo, las muestras de alegría cuando vuelve, el duermevela a sus pies para seguirlo a todas partes cuando se levanta, las miradas de agradecimiento cuando pasean juntos y un largo etcétera hacen que «tener» un perro sea una satisfacción y no un engorro como piensan sus detractores. Que observen éstos como guían al ciego, como su visita es apreciada por los niños enfermos a los que arrancan una sonrisa y el deseo de tenerlos cerca mucho tiempo, como buscan bajo los escombros para salvar vidas, como transportan auxilio a través de la nieve en terrenos inaccesibles. O sencillamente que observen como se hacen querer hasta por el más escéptico.