Érase una vez (XIV)

Nadie preguntó nada, el entrenamiento se desarrolló con normalidad. Cuando se aburría él corría sin ton ni son, cuando alcanzaba a robar una pelota la devolvía al goleador que siempre esperaba arriba. Hacía un trabajo impagable y la gloria se la llevaba otro, las felicitaciones nunca eran para él.

Sin embargo, él se sentía orgulloso y el mister tenía gestos para indicarle que él sí apreciaba lo que hacía. Lo que todavía no entendía era el entusiasmo y la alegría desbordada que sentían con el gol o con el simple hecho de ganar. ¿Ganar qué?, se decía sin atreverse a preguntarlo.

Él lo resumía así: «Juego para correr, corro para jugar y si además puedo viajar, juego para ganar aunque lo mismo da perder».

Le encantaba el viaje en autobús, sobre todo el de ida. El de vuelta solía ser más triste pues los partidos perdidos hacían mella en la moral. Ahí era donde el mister y su amigo hacían un trabajo sensacional logrando que, al final del viaje, todo estuviese olvidado.

Jugaban casi siempre en campos de tierra o de albero como el mister gustaba llamarlos. Algunas veces lo hacían en césped, muy pocas. El suyo era de tierra, de buen albero, sin piedras, de grandes dimensiones. Los vestuarios eran sucios, fríos, insalubres, sin agua caliente. El mister no se cansaba de incluir en el acta arbitral una petición de mejora de los mismos y a veces lograba que el árbitro les dejase su ducha con agua calentita, pero por mucho  que la estiraban nunca llegaba para todos. «Ducharse con agua fría está incluido en vuestra paga». Tenía su lado bueno: nadie paraba a discutir, meterse caliente en la ducha fría era más tolerable y después de ella se esfumaban los malos humos.

El mister llevaba a cabo otra «cruzada»: lograr que todos los miembros del equipo aprobasen en junio sin necesidad de la prueba extraordinaria. A los necesitados les daba clases particulares tras el entrenamiento y durante el tiempo de estudio. Él y su amigo se ofrecieron para ayudar viendo que no daba abasto. Los resultados de los exámenes mejoraron en todos los casos y creó entre los miembros del equipo un ambiente de camaradería admirable.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entradas relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba